En la cumbre de la Sierra de Aras, a 863 metros de altura y a séis kilómetros de Lucena se encuentra la Ermita de Nuestra Señora de Araceli. es un impresionante santuario barroco que guarda la imagen de la patrona de Lucena, Nuestra Señora de Araceli, traída de Roma por el segundo Marqués de Comares, Don Luís Fernández de Córdoba, en 1562. Es patrona de Lucena y del Campo Andaluz, y es de gran devoción en todo el centro de Andalucía. Desde el santuario se pueden ver las provincias de Málaga, Córdoba, Sevilla, Granada y Jaén, y en días claros, la costa marroquí. El edificio es hoy en día un complejo que ha ido creciendo en torno a la Iglesia y está dotado de una armoniosa belleza popular. El templo se construyó en lo esencial entre 1600 y 1603, pero sufrió reformas ya desde el último cuarto del siglo XVII. Sobre la belleza poética de los muros enjabelgados se destacan al exterior las labores de sillería y mampuesto correspondientes a la espadaña, construída en 1726 por Andrés Antonio del Pino, y el conjunto de la portada, realizado en 1765 por Martín de Rojas. El camarín constituye una completa cámara alta, un edículo de planta rectangular dividido en dos ámbitos por un arco toral. El primer ámbito, donde se sitúa la imágen, hace de presbiterio, está dispuesto transversalmente y está cubierto por una bóveda elíptica sobre pechinas. El conjunto original fue realizado por Leonardo Antonio de Castro en 1699 y ha sido restaurado recientemente por Justo Romero. En las pechinas aparecen pintadas la Visitación, la Adoración de los Pastores, la Presentación en el Templo y Jesús entre los Doctores, y en los registros radiales de la bóveda, una orquesta de ángeles músicos. El retablo compone una hornacina trilobulada con cuatro pequeñas columnas salomónicas sobre pedestales. Las paredes van decoradas con sedas y zócalos de azulejos valencianos , que junto con espejos, relicarios, ángeles y urnas constituyen parte de la decoración dieciochesca.