En este pequeño rincón cordobés, en una de las salas de la fábrica se exhibe el pasado familar y artesanal de Andrés Garrido. El denominado Museo del Turrón de Rute expone aquellos aperos y maquinarias que se utilizaban artesanalmente en la panadería y en la confitería. A pesar que que la empresa como tal se fundó hace ya cincuenta años, en el museo es posible encontrar piezas de 1700.En diciembre es la temporada alta para la saga de los Garrido. En su fábrica de Rute, la fruta escarchada, el turrón y los polvorones son elaborados con premura para se exportados a lugares tan dispares como Australia o Francia.
De tradición confitera y panadera, los Garrido han conseguido hacerse con un hueco en el mercado llegando a países como Australia o Francia
Los procesos de fabricación de antaño y los útiles necesarios para ello, con un espacio dedicado a cada especialidad, con especial mención al turrón, rinden homenaje al arte de la confitería
Morteros, romanas, piezas de molino, son sólo algunas muestra de los utensilios que alberga la sala. Los procesos de fabricación de antaño y los útiles necesarios para ello, con un espacio dedicado a cada especialidad, con especial mención al turrón, rinden homenaje al arte confitero.