La producción artesanal de anisados y aguardientes es un ramo de larga tradición en la villa de Rute, iniciada por mitad del siglo XVII. En sus mejores tiempos, llegaron a existir en esta localidad de la comarca subbética más de cien destilerías. Este legado ha sido atesorado en el Museo del Anís, instalado en las dependencias de una fábrica establecida a comienzos del siglo XX, donde se muestran todos los pormenores del proceso de elaboración de las bebidas espirituosas.
El anís se destilaba en la sala de alambiques, donde se exhiben estos lustrosos ingenios de cobre de origen árabe que podían alcanzar una antigüedad centenaria. Los anisados de Rute animaron los banquetes nupciales de las infantas de España, y la sutileza de su paladar se ganó los elogios de escritores como Valle Inclán, Camilo José Cela o Rafael Alberti.