Forma parte de un conjunto de dos casas con una sola entrada principal que se bifurca en dos para dar acceso al nº 7 y nº 9 de la misma calle. Ambas son antiguas casas de vecinos conservadas casi intactas con su humildad y sencillez y que por Mayo explotan en una variedad de color y olor que embriaga de noche y de día. Se encuentran entre los patios más premiados entre los que Concursan en Mayo.
Este patio del número 7 es fácilmente reconocible por su famoso pozo con las pilas de lavar adosadas cubiertas con un tejado a diferente altura, y su abundante cantidad de macetas floridas que tapizan sus paredes.
Muchos recovecos hacen que la visita a este patio sea un constante descubrimiento con sus escaleras, balaustradas y trepadoras. Imprescindible su visita.