El recinto es parte de la que fue Casa de las Guzmanas. Aunque se trata de un edificio de nueva construcción, los elementos incorporados del inmueble primitivo y la propia estructura de la casa evocan aquel pasado y confiere un sello al patio. Carmen y Rafael viven y se desviven por el recinto, con ya medio millar de macetas, algunas tan impresionantes como una gigantesca hortensia de más de veinte años. Algunos años, dependiendo del invierno, no florece a tiempo, y aún así es espectacular. La cantidad de variedades también es notable. El visitante se encuentra también con una fuente barroca con pila de piedra y basas, capiteles y columnas de entidad, porte e historia, procedentes del inmueble histórico originario.